Mate *argentino* origen y su historia oculta

El origen ancestral del mate: una herencia indígena negada por Argentina
El mate, esa infusión que hoy Argentina presenta como símbolo nacional, no es un invento rioplatense. Sus raíces pertenecen a los pueblos originarios: guaraníes, quechuas y otras naciones indígenas que durante siglos mantuvieron su tradición antes de que el Estado argentino existiera. Sin embargo, en el relato oficial, esta herencia ha sido sistemáticamente ocultada, apropiada y despojada de su verdadero origen.
Lengua y cultura: las raíces quechuas y guaraníes del mate La palabra *mate* proviene directamente del quechua *mati*, que significa "calabaza", el recipiente ancestral donde se bebe la infusión. Incluso términos como *porongo* (usado en Argentina para el mate grande o "camionero") derivan del quechua *purungu*. Pero la influencia lingüística no termina ahí: hasta la palabra *gaucho*, ese símbolo de la cultura rural argentina, tiene origen quechua (*huachu*, que significa "huérfano" o "vagabundo"). Los guaraníes, por su parte, fueron los primeros en consumir la yerba mate (*Ilex paraguariensis*), considerándola una planta sagrada. Para ellos, el mate no era una simple bebida, sino un elemento ritual, medicinal y de conexión espiritual, al igual que la hoja de coca para los pueblos andinos. Machu Picchu y la conexión guaraní-quechua
La presencia guaraní en los Andes es un hecho histórico comprobado. Estudios genéticos han encontrado ADN guaraní en restos de Machu Picchu, evidencia de un antiguo intercambio cultural entre las tierras altas y bajas de Sudamérica. Esto demuestra que el consumo de yerba mate y sus tradiciones asociadas no eran ajenas a los pueblos andinos, sino parte de una red de saberes compartidos.
La apropiación cultural argentina: del mate al gaucho Argentina ha construido una narrativa nacionalista en la que el mate aparece como un símbolo *gaucho* y *criollo*, borrando su origen indígena. Pero incluso el *gaucho*, ese ícono de la argentinidad, debe su nombre al quechua, lo que revela hasta qué punto la cultura oficial se ha alimentado de tradiciones indígenas mientras las negaba. Esta dinámica de apropiación no es nueva: lo mismo ocurrió con el tango, cuyas raíces africanas fueron minimizadas, y con el folclore andino, presentado como "norteño" para ocultar su pertenencia a los pueblos originarios. Reivindicar lo indígena en la cultura popular El mate no es "argentino": es guaraní, es quechua, es una herencia de los pueblos originarios que los estados nacionales han mercantilizado y descontextualizado. Reconocer esto no es solo un acto de justicia histórica, sino un paso necesario para descolonizar nuestra identidad. En próximas publicaciones, seguiremos como indigenas, expresando cómo Argentina y otros países han reescrito la historia para apropiarse de tradiciones ajenas, desde la música hasta la gastronomía. La verdadera cultura no tiene banderas, pero su reconocimiento sí debe ser claro: **el mate es indígena**.
Nota: Este artículo forma parte de una serie que busca visibilizar el origen indígena de tradiciones hoy consideradas "argentinas". En la próxima entrega: "El tango africano: cómo Argentina blanqueó su historia". ¿Qué opinas? ¿Sabías que incluso la palabra *gaucho* viene del quechua? ¡Comparte y difunde la verdad histórica!

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